Gilles Tolède

Volver a la soberanía nacional a través de una segunda lengua hipercentral

Ideas extraídas del libro

Le Serlado - La alternativa global para restaurar la soberanía de las naciones europeas.

Referencias del libro en https://serlado.org/

1  Los hechos

¿Pueden realmente los países europeos recuperar su soberanía nacional en el contexto actual?

Es una pregunta legítima, dado el grado de decadencia ontológica en el que se han sumido la mayoría de las "élites", los medios de comunicación de masas y parte de las clases medias y altas. Por "delicuescencia ontológica" entendemos el hecho de que estas personas han perdido toda creencia en el concepto de nación soberana.

Existen ciertamente partidos soberanistas, que muestran, con gran pertinencia, que la razón dictaría un retorno a la soberanía nacional. Estos partidos y sus partidarios constituyen una especie de "bastiones-de-razón-soberanista" en un entorno cada vez más globalista y europeísta.

Desgraciadamente, estos bastiones-de-razón-soberanista, cada uno en su país, no cuentan actualmente, ni con el apoyo del Estado, ni con la opinión favorable de las grandes empresas del país. Están sumergidos en una estructura supranacional (la Unión Europea), que, por el contrario, cuenta con el apoyo de diversas estructuras estatales y con el respaldo del capital globalista y de las fuerzas atlantistas. A estos bastiones-de-razón-soberanista se oponen, sobre todo, todos aquellos que consideran que la nación soberana es un concepto anticuado.

 

2   Códigos ontológicos del globalismo y del soberanismo

El globalismo presenta también la imagen de un modelo inmediatamente reconocible y comprensible, que sustenta el imaginario de una parte de las clases medias-altas.

Este modelo propone avanzar hacia la uniformidad, trabajando en interés del capital globalista y basándose en un único vector lingüístico internacional, en este caso: la lengua inglesa, que se ha convertido en lengua hipercentral (*). Este modelo, basado en la uniformidad y la unicidad, tiene un código ontológico muy fuerte.

(*) Lengua hipercentral: lengua que domina una gran parte del mundo y rige muchos aspectos de la sociedad; hoy en día, sólo existe una lengua hipercentral: el inglés, que se convirtió en hipercentral en los años setenta.

En comparación, las ideas favorables al retorno a la soberanía nacional se basan en la "razón" y hacen hincapié en la diversidad (de naciones, culturas, etc.).

La "razón" consiste generalmente en demostrar el vínculo entre: regresión del país (social, diplomática, cultural, industrial, libertad de expresión, etc.) y globalismo (en forma de europeísmo). Desgraciadamente, este tipo de demostración, que es perfectamente válida, generalmente sólo puede captarse mediante explicaciones elaboradas, que sólo atraen la atención de alrededor del 20% de la población.

Además, el modelo de soberanía defiende la diversidad humana, en este caso constituida por naciones soberanas y, en particular, por la afirmación de la primacía del uso de las lenguas nacionales en la producción de bienes y servicios.

Pero, al igual que la "razón", la diversidad suele tener más dificultades para imponerse que las ideas más simplistas de unicidad promovidas por el globalismo.


El globalismo se centra deliberadamente en la dimensión internacional, a través de la interconexión mediante la lengua inglesa hipercentral.

Naturalmente, las ideas soberanistas también pretenden trabajar en red a escala internacional. Sin embargo, en general, las modalidades de estos vínculos internacionales no parecen diferir de las del globalismo. De hecho, se supone implícitamente que estos vínculos tengan lugar a través de la lengua inglesa, aunque los partidos soberanistas incluyan con frecuencia un deseo de multilingüismo.

Esto plantea claramente un problema. El inglés es el vector lingüístico del capital globalista, del europeísmo y de las autoridades atlantistas. Esta lengua es un componente fundamental del poder de influencia de estas entidades. Utilizar tal vector lingüístico para vehicular la red de bastiones-de-razón-soberanista no puede dotar a esta red de una diferenciación suficiente con respecto al globalismo. La consecuencia de ello es que la opinión pública no está en condiciones de diferenciar fácilmente la red soberanista en la escena internacional.


En esta fase de la argumentación, merece la pena comparar la red de bastiones-de-razón-soberanista en Europa con la red de países BRICS. Cada uno de los países BRICS tiene su propia estructura nacional soberana. Además, la mayoría de las empresas de estos países cumplen con las limitaciones (y ventajas) propias del marco nacional. En consecuencia, cada uno de los países BRICS tiene su propio código ontológico que lo diferencia del entorno globalista.

Es cierto que estos países utilizan (por el momento) el inglés como lengua de intercambio para sus redes en el marco de los BRICS. Por lo tanto, se podría argumentar que "la red BRICS" tampoco se diferencia del entorno globalista.

Sin embargo, como hemos visto, cada uno de los componentes de esta red (cada uno de los países BRICS) tiene su propio código ontológico. Por lo tanto, podemos deducir que la diferenciación del grupo BRICS en el contexto globalista no reside en la red en sí, sino en cada uno de sus miembros.


Volvamos ahora a los bastiones-de-razón-soberanista. Recapitulando nuestro razonamiento: ni los propios bastiones-de-razón-soberanista, ni su red (porque implícitamente utiliza la lengua inglesa), tienen un código ontológico suficiente para diferenciarse del globalismo.

Esta situación podría parecer desesperada. Sin embargo, intentaremos sugerir una forma de superar este obstáculo.

 

3   Una solución: dotar a la red soberanista de un código ontológico propio a nivel internacional

En primer lugar, tenemos que hacernos la siguiente pregunta: ¿sería más fácil llevar un código ontológico específico a cada uno de los bastiones-de-razón-soberanista (típicamente en cada país de Europa) o sería más fácil llevar dicho código al nivel de la red que une estos bastiones?

Como hemos visto, ni la "razón" ni la diversidad pueden constituir por sí solas un código ontológico suficientemente sólido. Por lo tanto, debemos sacar las conclusiones necesarias y buscar la solución a nivel de la red.

Así pues, a diferencia de los BRICS, el código ontológico debe buscarse, en primer lugar, a nivel de la red internacional de intercambio de información, para que luego pueda aplicarse más fácilmente a los elementos de la red, es decir, a cada uno de los bastiones-de-razón-soberanista (propio de cada país europeo).


Pero, ¿cuál podría ser el código ontológico específico de la red que une estos bastiones-de-razón-soberanista?

Como hemos visto, la "razón" por sí sola no puede constituir un código ontológico suficiente. En otras palabras, el "sentido" soberanista por sí solo no es suficientemente diferenciador, ni a nivel de cada bastiones-de-razón-soberanista, más aún, a nivel de su red.

Esto implica que el código ontológico de la red debe buscarse, en primer lugar, no a nivel del sentido, sino a nivel del vector comunicacional. Por tanto, hay que jugar con el determinante comunicativo más importante de la red.

En otras palabras, la lengua de intercambio de información utilizada en esta "red soberanista" debe ser diferente del inglés, y es esta lengua de intercambio la que podrá así constituir el código ontológico de la red de bastiones-de-razón-soberanista

Además, por razones prácticas y de credibilidad, esta lengua de intercambio debe tener características que le permitan convertirse en una lengua hipercentral junto al inglés. A continuación, se enumeran algunos de los criterios que deberá cumplir esta segunda lengua hipercentral (el libro "Le Serlado" ofrece más detalles al respecto).

  • La segunda hiperlengua debe ser compatible con la soberanía de las naciones y eliminar los riesgos del retorno de una nueva supranacionalidad del tipo de la UE.
  • Para que la solución sea creíble, la segunda hiperlengua debe contar ya con un gran número de hablantes, tanto como lengua materna como lengua extranjera aprendida. El aprendizaje de la lengua debe aportar beneficios sustanciales al alumno desde el principio.
  • También debe estar presente en al menos dos continentes, para darle el carácter internacional necesario.
  • Su condición de lengua oficial de la ONU le daría un reconocimiento adicional.
  • Debería basarse en caracteres latinos, como el inglés. De hecho, algunas profesiones deberán aprender a la vez el inglés y la segunda hiperlengua. La similitud de los caracteres lo facilitará. Además, todos los lenguajes informáticos conocidos utilizan ya caracteres latinos.

El idioma español es el candidato ideal para desempeñar el papel de la segunda lengua hipercentral. Para una justificación detallada de esta conclusión, véase el libro "Le Serlado".


Es, por tanto, gracias al uso del idioma español que la red de bastiones-de-razón-soberanista podrá establecer su propio código ontológico, suficientemente diferenciador e inmediatamente comprensible por el público. Es gracias a este código ontológico hipercentral que, paralelamente, cada uno de los bastiones-de-razón-soberanista podrá desarrollar su propio código ontológico. En particular, apoyándose en este código ontológico hipercentral, cada bastiones-de-razón-soberanista podrá desarrollar progresivamente ciertas estructuras. Estas estructuras se caracterizarán:

  • por el uso del idioma español, cuando la lengua nacional (a priorizar tanto como sea posible) no sea suficiente
  • y por el retorno de la soberanía nacional en el país en cuestión, en particular aumentando la influencia de la lengua nacional en numerosos ámbitos de la sociedad (piénsese en el auge de la francofonía en Francia).

Estas estructuras, que se irán formando progresivamente en torno a cada bastiones-de-razón-soberanista, pueden ser de varios tipos:

  • militantes, a través de partidos soberanistas conectados en red internacionales mediante el uso del idioma español,
  • de carácter estatal, si los partidos euroescépticos (o mejor aún, los partidarios de la salida de la Unión Europea) consiguen ganar las elecciones en algunos países europeos y construir progresivamente cooperaciones, primero en su propia lengua y, después, con el español como lengua pivote,
  • de carácter empresarial, si los empresarios deciden crear cooperaciones utilizando el español, defendiendo al mismo tiempo la soberanía nacional y el uso de la lengua nacional,
  • - etc.

 

4   Conclusión

En conclusión, este enfoque actúa "a través del código" (código lingüístico), para dar a las ideas soberanistas una diferenciación comunicativa a nivel internacional, frente a las globalistas. Esta diferenciación puede ser captada inmediatamente por el público. Se basa en la utilización de una segunda lengua hipercentral (distinta del inglés), para poner en red las ideas soberanistas a escala internacional. Se elige el idioma español porque es la opción más realista.

Esta distinción, a través del vector lingüístico hipercentral, facilita entonces la transmisión de la "razón" soberanista a nivel internacional y, al mismo tiempo, dentro de las fronteras nacionales.

Es la mejor manera de lograr el Frexit en Francia, el Italexit en Italia, etc.